EX – PRESIDENTE DE ICONG 2008 – 2015
1. ¿Cuál fue mi primer contacto con el ICONG y por medio de quién o qué?
En el año 2003, en el Consejo Estatal de ONG de Acción Social se creó un grupo de trabajo sobre calidad en las ONG, que elaboró un Plan Estratégico que contemplaba la creación de una entidad que impulsara los procesos de mejora de la calidad en las organizaciones de acción social. Plena Inclusión (entonces FEAPS) fue una de las entidades promotoras y fundadoras del ICONG y yo asistí a ese proceso en representación de mi entidad y el 15 de marzo de 2007 firmé junto con otras organizaciones el acta de constitución. Así que mi vinculación con el Instituto es bastante estrecha desde sus comienzos.
2. ¿Cómo ha evolucionado el ICONG desde mi organización hasta el momento actual?
La evolución del ICONG ha sido tributaria de la situación del Tercer Sector y del periodo de crisis en el que todavía estamos y que ha afectado de manera profunda a muchas organizaciones que actúan en el ámbito de lo social. El Instituto se creó en momentos de bonanza económica, cuando las perspectivas de desarrollo de las ONG eran optimistas, aunque pronto el futuro quedó ensombrecido por los recortes, con lo que las diferentes entidades se vieron obligadas a pasar de una economía de normalidad a una economía de subsistencia, aparcando proyectos de mejora y de calidad para otros momentos.
3. ¿Qué valor crees que aporta el ICONG en el actual escenario del Tercer Sector?
En estos momentos, que podríamos calificar de “turbulentos”, ante un futuro incierto y en permanente cambio, creo que el ICONG aporta un espacio importante para la reflexión, y una palanca no menos importante de ilusión para la mejora de las organizaciones.
4. ¿Cuáles son los próximos retos en cuanto a la calidad y mejora en el sector?
Los retos son muchos y variados, porque la realidad cambia permanentemente y aparecen nuevas necesidades que antes no se percibían. Ello obliga a las organizaciones a plantearse cómo afrontar esos nuevos retos y a cuestionar sus métodos de funcionamiento para darse cuenta que es posible cambiarlos para mejorar y ser más eficientes. Por eso me parece importante cierta dosis de autocrítica (no se trata de flagelarse de forma permanente) con el fin de percibir qué procesos son mejorables. En otro orden de cosas, las ONG no pueden trabajar aisladas unas de otras. Es preciso el trabajo en red, la colaboración entre las entidades y, en algunos casos, la convergencia de las mismas para evitar duplicidades y conseguir una mayor eficiencia.
5. De los valores de la Norma como persona ¿con cuál te identificas más?
La norma tiene una gran coherencia interna por lo que es difícil destacar un valor sobre otros. Pero si tengo que responder a la pregunta, creo que el valor fundamental es la orientación a la persona, porque todo el desarrollo de cualquier organización del tercer sector debe estar orientado a mejorar las condiciones de vida de las personas. Estas tienen que estar por encima de las organizaciones. Las organizaciones tienen que estar al servicio de las personas. Quien no lo entienda así, sobra en el mundo de la acción social.