SUBDIRECTOR ADJUNTO DE ONG Y VOLUNTARIADO
1.¿Cuál fue mi primer contacto con el ICONG y por medio de quién o qué?
Tuve conocimiento del ICONG a través de una Jornada sobre la Calidad en las entidades sociales organizada por la Plataforma de ONG de Acción Social en la sede del IMSERSO a finales de 2010, que creo que se ha venido repitiendo en años posteriores. Eran los primeros pasos en la creación y difusión del Instituto de la mano de las más importantes organizaciones sociales, como Cáritas, Cruz Roja, Fundación ONCE, FEAPS, INTRESS o Plataforma de ONG de Acción Social. Me pareció muy importante su objetivo central orientado a incrementar la eficacia de los recursos disponibles como medio para mejorar la calidad de los servicios.
2.¿Cómo ha evolucionado el ICONG desde mi organización hasta el momento actual?
Desde el Ministerio, y, en especial, desde la Dirección General que tiene la mayor conexión con las entidades sociales a través de diferentes acciones de apoyo y fomento, siempre se ha observado al ICONG como el exponente máximo de los esfuerzos que estaba haciendo el sector por potenciar la calidad con valores, es decir, pensar que la calidad en sí misma no supone ninguna mejora si no va acompañada por los valores primarios de las entidades sociales, que son su orientación a la satisfacción de las necesidades de los destinatarios finales de la acción. En el cumplimiento de los objetivos generales es muy importante adaptarse a la realidad plural y diferente de nuestras organizaciones y, creo que este ha sido el camino por el que ha transitado el ICONG en los últimos años: examinar la situación de las organizaciones, preguntarles qué demandas tienen e intentar dar respuestas prácticas y cercanas.
3.¿Qué valor crees que aporta el ICONG en el actual escenario del Tercer Sector?
El ICONG puede ser una herramienta eficaz para acometer los retos de futuro del sector que deberá “hacer más con menos”, ante un Tercer Sector Social muy presionado por la demanda de nuevas y mayores necesidades y un recorte del gasto. Este deberá centrar, aún más su intervención en la persona frente a nuevas causas, como el envejecimiento, la pobreza infantil y nuevas formas de exclusión social y laboral, que va a necesitar de entidades más profesionalizadas y especializadas, pero sabiendo trabajar en común y con una perspectiva integral. Ante esta situación el ICONG puede aportar mucho, como un instituto centrado en la mejora continua y en el apoyo en la organización interna de las entidades y la transparencia de su gestión y resultados.
4.¿Cuáles son los próximos retos en cuanto a la calidad y mejora en el sector?
No centrar la acción, de forma exclusiva, en el conocimiento y difusión de la Norma ONG Calidad, sino en fomentar la cultura de la gestión con calidad, es decir en el establecimiento de planes de mejora orientados a la consecución de los resultados y a la priorización de los recursos según las necesidades detectadas. Dar instrumentos para desarrollar una adecuada relación entre las necesidades, los recursos y los resultados, sobre todo, en las entidades pequeñas y medianas que no disponen de herramientas para una buena gestión y se encuentran dominadas por la urgencia y el día a día. Otro de los retos sería detectar las buenas prácticas para que pudieran ser extrapoladas a otras entidades del sector, es decir, entender la innovación como un proceso abierto a su parmente evaluación y contraste con la realidad.
5.De los valores de la Norma como persona ¿con cuál te identificas más?
La Norma ONG con calidad recoge los principios más modernos de la gestión de las organizaciones adaptándolos a la realidad de la Acción Social, manteniendo sus valores comunes. De estos valores yo destacaría la necesidad de la innovación social y la mejora permanente como concepto general que impregne toda la actividad. La urgencia, la consecución de los fines a cualquier “precio” por la presión de la demanda no puede ser lo más importante en la acción. Hay que saber parar para reflexionar sobre lo que se hace, cómo se hace y si se puede hacer mejor, para no seguir repitiendo aquellos fallos que sabemos que cometemos pero que no tenemos tiempo de corregirlos. Y para ello es necesario poner la mirada en la mejora continua mediante procedimientos sencillos que no limiten su realización.