La solidaridad hay que seguir alimentándola, porque si no, la inercia se frena rápidamente
Hablamos con Ana Carratalá, Directora Fundación San Francisco de Borja para Discapacidad Intelectual y consultora desarrollo organizativo sobre la pandemia y cómo ha afectado al sector de la discapacidad. Nos cuenta su experiencia y sus deseos para mejorar el sector.
1) Si hicieses un DAFO de la situación pandémica que se ha vivido desde tu sector: ¿podrías nombrarme 3 oportunidades que han tenido lugar?
Yo creo que la incorporación de las nuevas tecnologías ha sido una gran oportunidad, hemos tenido que ponernos las pilas, porque si no te ponías las pilas no podías trabajar.
Otra oportunidad que creo que también es importante en nuestro sector ha sido tener que buscar alternativas a las residenciales. Creo que se ha evidenciado que es un modelo que no sirve, que no garantiza el bienestar y la seguridad de las personas como se pensaba. La oportunidad ha sido poner de manifiesto la necesidad del cambio de modelo.
Además, se ha visibilizado un sector, aunque con dificultades, que tradicionalmente está oculto. Nos quejamos, en el sector de la discapacidad intelectual, de que no se ha visibilizado suficiente, pero creo que al menos podemos vivir como una oportunidad el peso y la importancia que tiene el sector socio sanitario en el bienestar de la ciudadanía.
2) ¿Qué tres aspectos destacarías de la corriente de solidaridad manifestada por la sociedad ante los efectos de la pandemia? ¿Se podrían consolidar?
Poner en valor aspectos clave como son la salud y el reconocimiento a la labor de los profesionales sanitarios. En eso creo que estamos de acuerdo. También, más que para el sector social, para el sector sanitario, el darnos cuenta de que tenemos que invertir en él. Todos queremos una sanidad pública fuerte y que llegue a todo el mundo.
Por otro lado, nosotros sí hemos vivido esas llamadas constantes, la continua preocupación por parte de otros. Hacer mascarillas de todos los tipos cuando no había nada, cuando teníamos que hacer las mascarillas con servilletas, un chorro de solidaridad de gente que llamaba a nuestra puerta cuando nosotras, las ONG, normalmente somos las que tenemos que llamar a la puerta de otros. Ese ha sido un ofrecimiento muy bonito, una corriente de solidaridad que se ha trasladado de alguna manera al reconocimiento social de diferentes sectores.
Un tercer aspecto sería no solo la solidaridad hacia el sector sanitario, si no el reconocimiento del valor de la importancia de los distintos roles sociales para que podamos subsistir.
Desearía que se consolidaran, pero viendo el devenir de las cosas, dinámicas muy insolidarias en cuanto a la protección o al rechazo de personas contagiadas, pierdo un poco de optimismo. Creo que el tema de la solidaridad hay que seguir alimentándolo, porque si no, la inercia se frena en seguida.
3) ¿Qué habilidad o competencia personal has desarrollado durante la pandemia y piensas mantener en el futuro?
Yo creo que dentro de nuestras organizaciones, el valor de las personas ha sido muy importante. Es decir, hemos sobrevivido a esto porque aquí las personas han sacado lo mejor de sí mismas. Nosotros, en concreto en nuestra organización que tenemos una larga historia de afrontar dificultades, pues una vez más la gente ha sabido afrontarlas con una categoría humana impresionante.
Yo lo que he podido hacer ha sido apoyar a las personas, haciendo sentir mi cercanía a estas personas. Te das cuenta porque al hacer evaluación, la satisfacción de los profesionales ha aumentado y yo creo que ha aumentado porque conectamos con el propósito de la organización que es ayudar y porque nos sentimos equipo.
Personalmente creo que he aprendido y me gustaría mantener es esa cercanía con todas las personas que son las que han estado en primera línea. Que sientan el apoyo de los responsables y de la dirección, que todos somos necesarios y que estamos juntos en ella.
4) Desde tu vivencia profesional, ¿qué valores organizacionales se han consolidado en esta situación de pandemia y cuáles has echado de menos?
Nosotros trabajamos mucho el enfoque centrado en la persona y yo creo que eso se ha consolidado bastante más. Si algo destacaría sería ese sentimiento de equipo y la orientación del equipo al interés de las personas. Conseguir que las personas sobrevivieran, conseguir ayudarlas…ha sido muy duro, pero destacaría el valor del equipo.
He echado de menos valores un poco más pragmáticos, todo lo que tiene que ver con buscar situaciones sostenibles. Ha habido una generosidad por parte del equipo y los responsables no se han escatimado recursos y yo creo que ahora hay que buscar esta sostenibilidad dentro del sistema.
5) La comunidad, el entorno de las personas ¿crees que después de la pandemia es más o menos amable, accesible, cálida, inclusiva, acogedora…? ¿Hay más o menos capital social?
Yo creo que hay potencialidad de capital social, pero hay menos, porque no hemos estado. Nosotros llevamos años construyendo ese capital social, y la mejor forma de hacerlo es por actuación de las propias personas con discapacidad en nuestro caso. Son los mejores agentes de conexiones apoyados por el personal. Con el confinamiento hemos tenido menos oportunidad de crear capital social, porque no podíamos salir.
Todavía no sé si ha tenido un impacto positivo en crear capital social futuro, no lo sé, el tiempo nos lo tendrá que decir. En este momento hemos perdido.
6)¿Qué vería un grupo de águilas sabias si miraran cómo estamos trabajando juntos, el Tercer Sector, ahora?
Verían aldeas separadas y cada una haciendo su batallita. Yo creo que esta es la realidad del Tercer Sector, porque aparte de todo yo creo que igual que a las personas les ha hecho perder conexiones con su entorno a nosotros también. Estábamos conectados por zoom y demás pero yo ahora mismo veo que cada uno ha intentado sobrevivir como ha podido. Hemos tenido, a través de las plataformas que nos unen, algún tipo de acción que nos ayudara, pero yo creo que estamos dispersos.
7) ¿Cuál es la próxima pandemia que va a afectar al sector de las ONG?
Yo tengo temor a que sea la vuelta a la medicalización, a la normativa, al cumplimiento de los requisitos que parecía, nos iban a salvar de la pandemia, a la rigidez para la prestación de servicio y perder esa frescura y alegría que teníamos. Parece que queremos resolver todo a base de protocolos. Me preocupa que esta inercia que hemos recogido de protocolos mate la vida de las personas, la libertad, la participación…que todo tenga que estar regulado para garantizar la salud y la seguridad por encima de otras necesidades de las personas.
8) ¿A qué retos debemos enfrentarnos las organizaciones sociales a corto y medio plazo? ¿Dónde necesitamos afinar y poner foco ahora?
Yo creo que el tema de la transformación de aquellas estructuras que hemos visto, que vamos arrastrando y que no hemos visto que funcionen. Hay que darles una vuelta y es un tema complicado porque creo que muchas organizaciones del tercer sector estamos tan enfocadas en sobrevivir y mantener los recursos que a veces encontramos poco tiempo y poca orientación para el cambio que están pidiendo las personas.
La gente ya no quiere instituciones, no quiere centros de día, quiere servicios personalizados en los que puedan participar, en los que se atiendan situaciones únicas y eso requiere que nos transformemos. La maquinaria institucional que llevábamos a cuestas hace que esa transformación no sea tan fácil. Creo que es un reto de los más importantes, saber encontrar soluciones que sean sostenibles sin perder el sentido común. Que cuando hablamos de soluciones pensemos en las personas que tienen más dificultades. Que cuando decimos para todos, es para todos.
9) Dime algo que crees que va a ser diferente en nuestra sociedad después de este tiempo y algo que va a seguir siendo como era antes.
Algo que va a ser diferente es la Transformación Digital y con respecto a lo que va a seguir igual, creo que como no nos esforcemos mucho, las dinámicas institucionales nos van volver a meter en esa rueda implacable. Tendremos que hacer un gran esfuerzo para frenar esa fuerza institucional en la que parece que el mayor interés sea que pervivan las instituciones, más que las personas puedan tener la vida que merecen.
10) Cierra los ojos y pide un deseo para el Tercer Sector…
Pediría el reconocimiento de la sociedad, que tenga la oportunidad desde dentro y por ser reconocidos así, de aportar el valor que esta sociedad necesita para que todos podamos vivir en igual de oportunidades. Que, tanto desde dentro como desde fuera, nos transformáramos para que realmente el Tercer Sector permitiera una sociedad más justa para todos.
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