Hemos dado un paso en centrarnos en las personas para las que trabajamos y no tanto en nuestra propia supervivencia
Hablamos con Francisco Lorenzo, Doctor en Sociología y Diplomado en Trabajo Social. Actualmente, dirige el Área de Acción social de Cáritas Española. Nos cuenta cómo está afectado la pandemia al Tercer Sector y qué retos se plantean a corto y medio plazo
1) Si hicieses un DAFO de la situación pandémica que se ha vivido desde tu sector: ¿podrías nombrarme 3 oportunidades que han tenido lugar?
Una primera es ser capaces de hacer una análisis de la realidad en clave estructural y no coyuntural. La pandemia pone en evidencia lo que estaba frágil. Es decir, ni todo se explica por la crisis de 2008, ni todo se explica por la pandemia, si no por la debilidad previa, pero esto ha sido un catalizador de este tipo de situaciones.
La segunda es proteger derechos que no están garantizados y que se ven cada dos por tres vulnerados. Por ejemplo, el mercado laboral y la vivienda. Dos elementos que están recogidos en la constitución y que no están garantizados ni protegidos. Tenemos la oportunidad de hacerlo.
La tercera sería el valor de lo comunitario. Ante determinadas situaciones hay personas que solo van a encontrar esperanza en espacios e iniciativas comunitarias, en lo protegido por las leyes, por lo público.
2) ¿Qué tres aspectos destacarías de la corriente de solidaridad manifestada por la sociedad ante los efectos de la pandemia? ¿Se podrían consolidar?
Yo creo que hay algo muy positivo y característico de nuestra sociedad y es que ante una situación evidente de sufrimiento hay una respuesta rapidísima, inmediata. El reto es sostenerlo en el tiempo.
Yo creo que si somos capaces de explicar bien el relato y no mirar lo coyuntural y el sufrimiento puntual de ahora, si no a lo estructural, entonces sí podremos consolidarlo. Ahora han terminado los temblores del terremoto, pero hay personas todavía debajo de los escombros, si somos capaces de mirar eso, se podrá sostener, porque creo que hay una predisposición a colaborar en nuestra sociedad.
3) ¿Qué habilidad o competencia personal has desarrollado durante la pandemia y piensas mantener en el futuro?
El manejo de herramientas de comunicación online. Hemos pasado de saber lo que era Skype a manejar seis o siete herramientas diferentes. Creo que eso es una habilidad que se queda. Ha habido que correr mucho y gestionar situaciones de forma muy rápida y ahí creo que hemos desarrollado capacidades y habilidades. Ahora hace falta no perder perspectiva.
4) Desde tu vivencia profesional, ¿qué valores organizacionales se han consolidado en esta situación de pandemia y cuáles has echado de menos?
La transversalidad. Determinados temas no pueden estar en una única mesa, si no que distintos departamentos, personas, equipos…deben contribuir. Eso es un aprendizaje, que es verdad que venía de antes, pero es que las crisis te hacen correr. Eso ha sido brutal, seis personas delante de un tema cada uno desde su área de especialización.
He echado de menos en ocasiones la pausa, para poder revisar y reflexionar un poco más sosegadamente. Al final en las crisis lo que tienes que hacer es ejecutar lo que estaba pensado, no pensar lo que hay que ejecutar.
5) La comunidad, el entorno de las personas ¿crees que después de la pandemia es más o menos amable, accesible, cálida, inclusiva, acogedora…? ¿Hay más o menos capital social?
Creo que hay una predisposición amable hacia determinadas temáticas, ámbitos o colectivos, y hay que hacer pedagogía hacia otros. Es decir, no hay mucho problema con los apoyos a las personas mayores, a menores…pero, ¿qué pasa con los migrantes? Hay algunos discursos que incluso les responsabilizan de otras situaciones.
Debemos saber ampliar a otros sectores esa predisposición a colaborar.
6)¿Qué vería un grupo de águilas sabias si miraran cómo estamos trabajando juntos, el Tercer Sector, ahora?
Verían que hemos aprendido rápidamente la necesidad de construir conjuntamente y que hemos dado un paso en centrarnos en las personas para las que trabajamos y no tanto en nuestra propia supervivencia. Y que aún nos falta, también verían.
7) ¿Cuál es la próxima pandemia que va a afectar al sector de las ONG?
Para mí, hay dos elementos estructurales que van a saltar, el empleo y la vivienda. No solo porque son derechos fundamentales no garantizados, si no porque son las dos fuentes de cobertura de necesidades básicas que tenemos. Sin empleo/ingresos y sin vivienda no se pueden construir proyectos familiares, personales, ni proyectos de ningún tipo.
8) ¿A qué retos debemos enfrentarnos las organizaciones sociales a corto y medio plazo? ¿Dónde necesitamos afinar y poner foco ahora?
A la estabilidad en la financiación, a nuestra capacidad de influencia política, (hacer Leyes mejores y más justas)y a la necesidad de consolidar una base social.
No somos entidades privadas expertas, grandes consultoras o grandes ejecutores de proyectos. Pero nuestro sentido está en si hay una base social que respalda y que quiere participar.
9) Dime algo que crees que va a ser diferente en nuestra sociedad después de este tiempo y algo que va a seguir siendo como era antes.
Ha habido aprendizajes comunitarios muy obvios que afortunadamente se quedan. Aunque hay un riesgo, que superar esta situación puntual nos haga creernos invulnerables individualmente, la protección está en lo comunitario, sobre todo para determinados grupos más frágiles.
10) Cierra los ojos y pide un deseo para el Tercer Sector…
Que seamos un vehículo de participación y expresión para las personas más vulnerables. Que seamos su casa y su espacio real de participación civil, política y personal.
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