10 años de ICONG: por Juanjo Lacasta
Vaya, parece que no, pero me he puesto a hacer memoria y resulta que, casi sin darme cuenta, he estado presente -o al lado- participando en la gestación, el nacimiento y el desarrollo del ICONG. Mis líos con la calidad vienen desde 1997 en FEAPS con su primer Plan de Calidad y con la elaboración de sus Manuales de Buena Práctica. Mi implicación en la tarea por la implantación de la racionalización y la calidad en los sistemas de gestión de las ONG del Tercer Sector de Acción Social comenzó en 2002. Lo hice por dos razones: porque era una apuesta estratégica de FEAPS y porque era una manera de vehicular la aplicación del modelo de Desarrollo Organizacional en el conjunto de las organizaciones del Tercer Sector, un modelo que se orienta siempre al aprendizaje para el cambio profundo y a la mejora permanente. Desde entonces no he parado.
Precisamente, por esa afortunada implicación he sido actor/testigo, junto con compañeros y compañeras fantásticas de otras plataformas y ONG, de los capítulos de un relato casi novelesco acerca de cómo se fue extendiendo la cultura de la mejora continua y del cambio en el Tercer Sector de Acción Social y de cómo fruto de ello nació y creció el ICONG. Así, mi participación se ha centrado principalmente:
- En la elaboración de la Norma ONG CON CALIDAD (así se llamó en un principio), liderada por INTRESS, en su versión primera. Tuvimos la osadía de meterle alma y calidez “oenegeística” a una Norma de Calidad que por definición es hipertécnica y fría. Discutimos y redactamos un conjunto de valores que daban sentido a los criterios, los procesos y los procedimientos desarrollados –ahí me tocó aportar saliva, ideas y tinta-. Posteriormente, se han hecho distintas revisiones hasta la versión quinta actual en las que también he podido participar. El ICONG es la entidad gestora de la norma.
- En la elaboración y puesta en marcha del Plan Estratégico para el Fomento de la Calidad de las ONG, y con la comparecencia del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, se dio respuesta al Acuerdo del Consejo Estatal de ONG de Acción Social del 11 de febrero de 2002. En este Plan se adoptaron ya estrategias de sensibilización y comunicación, formación, apoyo técnico, reconocimiento, estructura y financiación. Ya se contaba con la Norma. A FEAPS le tocó adoptar el papel de coordinar los trabajos de elaboración del Plan. Recuerdo ese proceso como uno de los primeros en los que ONG tan distintas como Cruz Roja, Cáritas, Mujeres Progresistas, Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, CEAR, Secretariado Gitano o FEAPS, se ponían a trabajar en un proceso colaborativo de alcance de manera absolutamente generosa, aportando todo el conocimiento de que disponían.
- En la creación del ICONG. Fruto de los dos procesos anteriores (Norma y despliegue del Plan de Fomento de la Calidad), se vio la necesidad de crear un ente que pudiera gestionar y continuar con la tarea principal que se había dado el Tercer Sector: extender la cultura y la práctica de la calidad en las ONG. Nos dijimos: “no basta con hacer el bien, el bien hay que hacerlo bien: dependen muchas vidas de ello”.
Contribuí en marzo de 2007 a la redacción de los fines de los Estatutos del ICONG.
También tuve la suerte de participar –esas son las cosas que más me gustan- en el Primer Seminario Estratégico del ICONG, dinamizando la contribución a un diagnóstico acerca de la situación de la calidad en las ONG en aquel momento. Se celebró el 27 de marzo de 2008. El ICONG es una de las expresiones positivas de que hay parcelas inequívocas de proyecto común que el Tercer Sector comparte.
- También he tenido la oportunidad de presentar al ICONG, por ejemplo en la Taula de Valencia, en noviembre de 2008, a través de una ponencia sobre el presente y futuro de la calidad en el Tercer Sector, o en la Jornada de presentación del Instituto en el Hub de Madrid en noviembre de 2011.
- Pero el hito en el que más he disfrutado y lo sigo haciendo es en el Comité de Desarrollo Técnico e Innovación (CDTI) del ICONG. Contribuí a su creación desde el principio en 2011 y, desde entonces, tengo la oportunidad de coordinarlo. El CDTI ha desarrollado cosas innovadoras de manera innovadora. El ICONG necesitaba “desparramar”, tener un espacio en el que todo está permitido para aportar proyectos, productos y resultados, pensando siempre en los destinatarios de las ONG, que de otra manera no podrían haber nacido. Por ejemplo, el documento sobre las claves de éxito y de fracaso en las Políticas y Estrategias, el documento sobre la gestión de personas, el proyecto inacabado de “Artesanos en Valores”, la Taxonomía del Tercer Sector, el taller sobre competencias emocionales de los líderes de las organizaciones “Lo que el miedo se llevó”…
Lo importante es que, después de tantos y tantos episodios, ahora nadie discute que hay que gestionar las ONG y sus proyectos con criterios de calidad, con aprendizaje permanente, con propuestas innovadoras y con eficiencia, en un marco de ética y valores con orientación a las personas y a la transformación social.
Es un relato hermoso –aunque yo no lo sepa relatar-, una novela en la que he disfrutado con su acción, he aprendido enormemente con sus experiencias y me he sentido querido y he ido queriendo más de lo que yo mismo me imagino a sus personajes. Personajes que, muchos, por la sonoridad de sus nombres, bien podrían serlo de las obras de D. Benito Pérez Galdós o de D. Gabriel García Márquez. Impresionante: Calixto Plumed, Jaume Garau, Patricia Bezunartea, Juan Fernando Domingo, Francisco Salinas, Paulino Azúa, María Jesús Manovel, Carla L. Adrover, Marta Klecker, Adelaida Díaz, Ana Santa, J. Miguel Alonso Caminero, Paco Cánovas, Javier Tamarit, Jaime Caballero, Carlos Cordero, Enrique Galván, Fabiola Gómez… Sirva la mención de estos insignes personajes para representar a un colectivo mucho mayor, con protagonistas tan importantes como ellos, que no me puedo permitir nombrar por la lógica limitación de espacio de esta contribución.
Finalizo con el deseo de que, ahora y en el futuro, el ICONG sea considerado, reconocido y utilizado por el propio Tercer Sector como una de las piezas de progreso y de renovación de los sistemas de gestión y de desarrollo organizacional principales. Así sea.