Mi profesor de la escuela náutica decía que la maniobra aconsejable cuando había que capear el temporal que te pillaba en altamar, era dejar el barco al pairo, y que consiste en mantenerse firmemente agarrado al timón, proa al oleaje y con poco velamen (es decir, dejando un poco de vela sin recoger).
Esta es la imagen que me ha venido a la cabeza cuando en el CDTI hemos reflexionado sobre esto: como organización ¿a qué nos agarramos cuando vienen tiempos malos?, ¿cuál es nuestra proa en la tempestad?, ¿qué poca vela dejamos desplegada ante el temporal?
Ante la incertidumbre, las organizaciones suelen replegarse en su entorno conocido y reproducir los comportamientos y estrategias que han funcionado en tiempos mejores. Pero esto que puede generar oportunidades en ocasiones, puede suponer ahora una trampa: ¿Son las estrategias que controlamos y conocemos las que podrán funcionar en un contexto de alta incertidumbre? No lo sabemos, pero proponemos que, si hay que poner en marcha nuevas estrategias de acción en momentos de abatimiento, ¿no podrían ser los valores, los principios de la entidad el origen y la base de las respuestas que como entidad social demos?
En momentos de alta confusión, es urgente poner de relieve el valor de los valores, como guías y orientadores de nuestras respuestas como entidades sociales, con una idea clara en el visor: volver a lo esencial, al origen que nos llevó a poner en marcha y trabajar como organización, a ilusionarnos por mejorar aquello que no estaba bien, que no soportábamos. Si los valores están en sus cimientos, la estrategia de la organización vendrá de sus entrañas identitarias, de sus raíces ideológicas que ahora más que nunca va a necesitar. Las respuestas que demos serán tanto más acertadas cuanto más alineadas estén con nuestros valores.
Si analizamos los principios de la Norma ONG Calidad, referente de gestión escrita por ONG para ONG, nos dice que lo que hagamos tiene que estar centrado en la persona (usuarios, equipo voluntario y remunerado, proveedores…), en mejorar siempre la organización (a través de la participación, mejora continua) y enriquecer a la sociedad (gracias a la transparencia, solidaridad, confianza). Ese sería el spoiler y resumen de nuestra propuesta.
En este momento en el que parece que todo se mueve como en la película de Matrix, cuando un sinfín de balas buscaban impactar contra Neo a cámara lenta, me ha gustado reflexionar sobre una frase que está atribuida a Albert Einstein y que dice “Entre las dificultades se esconde la oportunidad”. Y seguro que no le faltaba razón. Entre las oportunidades que nos brinda este momento Matrix surge con fuerza la de valorar lo que teníamos. (..y darnos cuenta de que eso que llamábamos rutina, era en realidad, la vida…). Valorar, poner en valor, valorizar, valoración, valores.
De eso último, os invitamos a que dejéis un comentario a continuación: ¿Serán los valores el verdadero timón de las organizaciones en plena tormenta COVID19?
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